domingo, 6 de julio de 2014

Invierno un siete de julio.

Avisa cuando llegues,
y no tardes en venir,
es decir lo mismo
dos veces.

Te espero en la misma esquina
hasta consumir las horas
y congelar el tiempo,
en pleno Agosto.

Quizás escribir no salga tan caro
tal vez valga la pena
rogando por un sueño
del que nadie espera mucho más.

Vendar las heridas para acabar en el mismo campo de batalla
contando lo minutos
que quedan para que regreses.

Que eso de echar de menos ya ha sucumbido las ganas
y ha deteriorado los sueños
que me quedan,a tu lado.

Pero me sigue iluminando la sonrisa
ver tu ford fiesta,
aparcado allí mismo,
flamante y reluciente.

Por que el café se consume
como la pólvora
y las caricias.

Las sonrisas de ayer
los besos de hoy
y las miradas de mañana.

¿A quién le importan los sueños,si no quedan impregnados en un árbol de madera?

Porque quizás escribir ya no tenga sentido
igual que no lo tienen las demás cosas.

Igual que los sueños se deshacen,
como las lagrimas de tus mejillas
como los besos a deshora
como el ultimo autobús de las once menos diez.

Como las paredes que guardan  los besos que no nos dimos,
como cucharas en  alcantarillas que no salen por miedo al frío
como el silencio de no abrazarte
como la ausencia de estar contigo,
sin ti.

Como las ganas de que vuelvas
cuando el verano,
es invierno dos veces.

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