domingo, 8 de febrero de 2015

31/01

           En el jardín hay un cerezo dormido,pero parece muerto.Este otoño comenzó a sentirse apático y la dejadez se apoderó de su espíritu.La vida,cansada de verle abúlico y desastrado,decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora : el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo,que sólo espera que regrese la vida.