viernes, 29 de junio de 2012

She left my heart with veritgo..II


No me importaba Teo ni ninguna de sus batallas en ese momento. Tenía cosas mucho más importantes en que pensar, pero tampoco pensaba en ello. Solo escuchaba resonar un Johnny’s in the basement mixing up the medicine de Bob Dylan. Estaba completamente relajado, hundiendo mi mente en pensamientos sin ningún sentido. Y antes de llegar a don't wear sandals, try to avoid the scandals, inesperadamente, estabas ahí. De nuevo, como en aquellas otras noches en que te sentías sola. Me obligaste a volver a incorporarme en tiempo y espacio. ¿Que tan real eres?. Se notaba en tus ojos que no estabas en mi habitación por un perdón. Millones de preguntas se me ocurrían, pero solo una me interesaba de verdad. ¿Volverás a amarme esta noche, princesa galáctica?. De repente, volví a prestarle atención a mi mundo. Dylan seguía sonando en aquella habitación, cantando She Belongs to Me, como si al momento de editar Bringing it all Back Home, hubiera comprendido la ironía de aquel momento en que me encontraría con ella, sabiendo que ese era el disco que sonaría en nuestro nuevo encuentro. Ella notó la situación, un poco avergonzada si se me permite aclarar, y desenchufó, un poco con nervios y otro poco con lástima, mi equipo de música.

Silencio.

Solo silencio.

Todo lo que era capaz de hacer desde mi asiento, era mirarla. Y un poco admirarla. Ninguno de los dos iba a pronunciar ni una sola palabra. Dejó de mirar al suelo e hizo contacto directo con mis ojos. Es indescriptible la descarga de energías que se sintió en el ambiente. Y estoy seguro de que ella también pudo sentirlo, porque me sonrió, creo que con ternura. Me sentí algo incómodo por la situación de tenerla a unos pocos pasos de mí, y que solo se limitara a jugar conmigo desde lejos. Voltié mi mirada hacia la ventana. Esperaba ver la luna, pero estaba oculta entre nubes. Y mientrás buscaba desesperadamente satélites... escucho sus pasos. Empece a temblar, como si volviera a tener trece años y fuera Liz Taylor quien se encontraba frente a mí. De repente, toma mi rostro y me obliga a mirarla. Y me sonríe una vez más. ¿Por qué me hace eso, si no soy más que un escritor frustado?. Control. Eso necesitaba. Pero con una mujer como ella, eso era imposible. Comenzó a acariciarme y ubicó mis manos donde ella quería. Ya todo estaba perdido. Volvería a caer, y no estaba seguro de por qué me parecía que eso estaba mal. Solo suspiré y le dirigí una media sonrisa. Notó por mi manera de mirarla que el juego había comenzado. ¿Qué haría Teo justo ahora?...



No hay comentarios:

Publicar un comentario