sábado, 24 de marzo de 2012

                                                        Quiero decirle a Jesús,que si está,que aparezca.

domingo, 18 de marzo de 2012

sábado, 10 de marzo de 2012

Vas a ser siempre el mismo


  Y sin darte apenas cuenta han pasado muchos años...y es cuando descubres que no era él,era ella.Dejaba asomar su sonrisa nívea después de cometer el delito.Parecía una persona segura,pero nunca lo estaba.Sus trampas eran simples,y nosotros fuimos demasiado inocentes.Tengo miles de recuerdos en los que apareces para poder recrearme y es que los recuerdos estos son algo muy extraño…cada uno tiene los suyos, y cada uno los ve de una manera pero, ¿que pasó con los tuyos?Ya no hubo más despedidas largas...ni noches sin dormir.Lo peor de todo es que quizá no te des ni cuenta,porque puede que desde hace tiempo ya no recuerdes los amaneceres compartidos...



  Y al final,todo termina.He visto mil manos que cuentan mil historias,pero como las tuyas...todavía ninguna.

sábado, 3 de marzo de 2012

Cobardemente,pero...


Tal vez, y solo tal vez, lo único capaz de impulsarnos de verdad, es el miedo. Sin embargo, hoy más que nunca, siento que me frena, y que todos estos meses de intentar tomarlo con calma, no fueron muy útiles. Porque duele. Al final siempre termina doliendo. Y siempre se supuso que sería así. Y aunque parecía que no, era fuerte al respecto, porque siempre hubo algo que dolía más. Pero ésto ya dejo de depender de mí, y ahora está en manos de cosas en las que no creo.
Pienso. Pienso y mucho, incluso sabiendo que es lo peor que puedo hacer. Pienso en la idea de lo irreversible, y me asusta casi tanto como el hecho de saber que es el tiempo el único capaz de revelar los misterios. Si es que todavía son misterios y no pasaron a ser verdades, porque de ser así, entonces todo perdería sentido.
No pueden culparme por ser tan humana de temerle a lo que en algún momento quería, pero no es el resultado el que me asusta, sino el proceso. Y me pregunto si de verdad lo que ganaría en caso de que todo termine, merece la inmensa cantidad de dolor que requiere. ¿De verdad tengo una buena razón para seguir adelante con ésto? No lo sé. Y honestamente, sé que es mejor no plantearlo.
Dentro de tanto enfado, hay un corazón más débil de lo que se ve por fuera. Y muchos lamentos. Pero a fin de cuentas... ¿A quien le importa?